La oración de Jesús en el huerto según los Evangeios y su significado para los cristianos
La oración del huerto, momento clave en el que Dios, Cristo, entra en la profundidad del sufrimiento de los hombres. Sufriendo la angustia del Amor. Dar todo de tí, por el otro. La angustia del alma llega a ser terror. La soledad del Dios-Hombre se hace patente. Se trata de Amar a pesar de los pesares. Te quedas solo, los discípulos se quedan dormidos. No han entendido nada. ¡Tanto tiempo con ellos!. Los suyos no esperaban al Dios sufriente. Esperaban al Mesías, al libertador, al que les iba a devolver la gloria de Israel. Pero la Gloria de Cristo estaba en la Cruz, en el sufrimiento del Hombre. Así, se acerca a lo más profundo de nuestra vida, allí donde nadie puede llegar, allí donde la soledad se hace fuerte. Da igual el dinero, la posición social, los afectos… sólo la nada, la soledad. Como nosotros en la soledad del sufrimiento, sea cual sea, nada alivia, nada sacia, nada salva… En el momento del dolor, de la ceguera… la esperanza. Dios, el Abba, el padre misericordioso, dueño de nuestra Historia, de la de cada uno de nosotros, se hace uno con Cristo. Hágase tu voluntad. Tú sabrás cual es el Camino que tienes preparado para mí. Tú sabes que después de la muerte está la Resurrección. Detrás de cada hombre, hay una gran historia de Amor de Dios. En esos momentos de angustia vital, el Abba, nos dice : “Yo estoy a la puerta y llamo. Si me abres , entraré y cenaré contigo” Ap. Misterio de Amor, en el que Dios se nos acerca y se encuentra con nosotros. Dios de verdad se ha hecho hombre y ha entrado en la Historia, en nuestra historia, la de cada uno. Ya no hay nada en nuestra vida donde Dios no pueda entrar, ya no hay lugar que no pueda sanar. Empieza a “bajar a los Infiernos”. Pero no para quedarse allí, sino para rescatarnos de la muerte. Invitación desde la libertad del hombre a ser salvado. Misterio de Amor al enemigo. Amor a los que no te comprenden , a los que no te quieren, a los que te traicionan…
¿Y María? Donde está en estos momentos de soledad y angustia. Sufriendo y aceptando su voluntad. Sabiendo, que después de la Muerte viene la Vida. Experimentando que el plan de Dios para los hombres es más grande que nuestros propios planes. Guardando todas estas cosas en el corazón. Preparándose para ponerse al pie de la Cruz, para ESTAR al lado de su hijo. Para estar a nuestro lado en los momentos de Cruz. No dice nada. No hace falta. ESTÁ a nuestro lado. En estos momentos sobran las palabras. Abandonados a su voluntad: Quiero lo que quieres, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras (Misal Romano)
“Ya entraron al huerto donde
Las aceitunas se estrujan
Getsemani de los oleos
Hoy almazara de angustias”
“Jesus solo, abandonado
Huérfano, pavesa, Hombre ,
Macera su corazón
En hiel de olvido y traiciones”
Gerardo Diego
Para finalizar este epígrafe transcribimos el poema de Don José Negueroles Company, miembro durante muchos años de la Junta Directiva de esta Cofradía, que traduce en arte, el sentimiento que inspira este pasaje de la vida de Jesús, para los creyentes.
Con la tarde gris. Es primavera
y la vida renace con un lírico
estallar de capullos y de estrellas,
de savia nueva y de nuevos trinos.
¡Y Jesús va a morir! en el Cenobio
la profecía ha dicho a sus discípulos.
Getsemaní se viste de silencio.
Está orando el dulce Jesucristo.
Y ve a pasar por él, uno por uno,
los amargos momentos del suplicio
que tiene que apurar, y que es más grande
que dolor hasta entonces conocido,
pues si infinito es el amor suyo
también su sufrimiento es infinito.
Y más que los azotes y las burlas
la corona de espinas y aullidos
de los ávidos de muerte y de miseria,
mucho más que la lanza de hierro frío
que ha de hacer florecer la rosa roja
sobre el divino pecho, tan herido,
siente la pena que tendrá su madre,
y comparece a sus pobres asesinos.
Suda sangre el Señor. Está dispuesto
el Dios de la bondad al sacrificio.
Jerusalén descansa. Un cuchillo
de frío y de espanto rasga el cielo.
Ha llegado el momento del deicidio.
Y los dulces apóstoles, que le aman,
y aquellos que le siguen y le adoran
mientras él sufre y reza…
¡están dormidos!
El paso procesional anterior a 1936.
Gracias a una fotografía que se conserva en la fototeca del Archivo Municipal de Alzira, nos permite recuperar la iconografía del paso procesional originario. Éste lo componían las misma figuras que el actual. Cristo, en posición orante, es reconfortado por un ángel que porta en su mano derecha una cruz y en la izquierda un cáliz. Ante ellos, dormitan en primer plano, en posición sedente los apóstoles Pedro, Santiago y Juan.
Las figuras, de tamaño natural, asumen una estética realista, perceptible en la talla de rostros y anatomía. Frente al estatismo de los discípulos y el maestro, el ángel, en teatral “contrapposto” proyecta su figura hacia Cristo. A pesar de las limitaciones que implica una reproducción en blanco y negro y la abigarrada ornamentación vegetal -al ser obtenida la imagen del dosel en casa de un clavario-, las esculturas muestran una buena talla y una sobria policromía.
El paso actual
El Paso actual fue realizado por el escultor Don Antonio Ballester Vilaseca (podéis encontrar una breve biografía de este autor en esta página en el epígrafe ESCULTOR). Éste presentó su memoria y presupuesto para la realización del Paso el 29 de marzo de 1943, y en el mismo hizo constar: “Todo este trabajo compuesto por cinco figuras y las andas será realizado en madera y policromado. Tamaño de las figuras será de tamaño natural. Presupuesto total es de sesenta mil pesetas” .
El boceto de Ballester, dibujado sobre un papel vegetal de 31 centímetros de alto por 39,50 centímetros de ancho, se conserva en el Archivo Metropolitano del Arzobispado de Valencia. En éste se observa una pequeña variación respecto al paso: la figura de Pedro ocupa, junto con la de Juan -ambas yacentes-, el primer plano, desplazándose al segundo término la de Santiago -sedente-; también aparece alterada la posición del Cristo (izquierda) y ángel (derecha).
El párroco de la Iglesia de Santa Catalina, Don Antonio Sanchis Castellano, solicitó al Obispado la correspondiente autorización para bendecirla en fecha 29 de Marzo de 1943. El escrito, remitido al Excelentísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo de Valencia, pasó a informe de la Comisión de Arte el 7 de abril, y fue aprobado el 15 de abril de 1943. Ballester documenta la “Oración de Getsemaní” partiendo de los Evangelios de San Mateo (26-36): “Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Sentaos aquí mientras yo voy allá a orar. Y tomando a Pedro y a los hijos del Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse” y San Lucas (22-40): “Llegando allí, díjoles: Orad para que no entréis en tentación, y puesto de rodillas, oraba, diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Se le apareció un ángel del cielo, que le confortaba. Lleno de angustia oraba con más instancia, y sudó como gruesas gotas de sangre que corrían hasta la tierra.”
El escultor partiendo tal vez de Salzillo, pero acentuando el humanismo, el sufrimiento de Cristo hombre, ha labrado un paso magistral, realzado por la belleza tonal de su rica policromía y la calidad del esgrafiado. La “pantanada” de 1982 y la riada de 1987 sorprendieron el paso en su capilla de la Iglesia de la Encarnación. Afortunadamente, dado el nivel del agua en esta parte de la ciudad -2,15 metros- y la ubicación del mismo sobre su custodia apenas cubrieron las aguas la base montuosa, que precisó una costosa recomposición. En el año 2006 el paso fue restaurado por el escultor Ricardo Rico Tormo y por Ángela Cuñat Mateo como restaurador, mostrando en la actualidad todo su esplendor y belleza.
Los doseles
Los doseles de las Cofradías alzireñas son un rasgo peculiar y característico de nuestra Semana Santa, que no se producen en ningún otro lugar. Su origen está íntimamente vinculado a la figura de los Clavarios. Las Cofradías elegían, de entre sus miembros, a las personas que iban a tener el honor, de estar en posesión del paso durante la Semana Santa. Estos clavarios ornamentaban el paso y lo mantenían expuesto al público desde el día del “traslado” hasta el Viernes Santo; y esta ornamentación o decoración que los clavarios realizan en sus casas del paso procesional, es lo que se denomina dosel.
Esta Antigua tradición, se convirtió en el año 1963, en un concurso en que los clavarios de las distintas Cofradías y Hermandades rivalizaban por obtener uno de los tres premios que otorgaba la Junta de Hermandades y Cofradías. La Cofradía de la Oración de Jesús en el Huerto ha obtenido seis primeros premios.

Dosel premiado en el año 1948

Dosel premiado en el año 1974

Dosel premiado en el año 2009